Está sectorizado en 13 zonas
diferentes, de acuerdo con la predominancia de especies que lo
componen. Dos de ellas, orquideario y bromeliario, son de acceso restringido al
público. El resto está conformado por: jardines hidrofíticos, xerofítico,
bosque del paleozóico, palmetum, zingiberales, aráceas, económico, didáctico
recreacional, arboretum, bosque tropical y colinas del jardín (Lasser et
al., 1974; Levin, 2009; Manara, 2003; Morales et al., 2008).
El orquideario y el bromeliario consisten
en dos viveros acondicionados para cultivar a estas llamativas especies de la
flora nacional tales como flores de mayo, vainilla, varas de san josé,
orquídeas mariposa, lirio de loma, mulatas, maya, pluma de indio, chigüichigüi,
teco o caracuey, curujujul o curibijure y mucho más.
El jardín xerofítico está diseñado para mostrar a
especies de zonas secas del país así como de otras partes del mundo. Aquí
encontramos diferentes especies de cactus, aristoloquias, agaves, tunas,
guamachos, árbol de palito, cardones, etc.
El jardín del bosque paleozoico es
la colección mas reciente incorporada al jardín botánico, inaugurada en el
2006. Allí se muestran principalmente pinos, pinabetes, cícadas, araucarias,
helechos, magnolias, entre otros grupos representativos de esta edad geológica
(Aristeguieta, 2006).
Estos cuatro sectores cuentan con las colecciones más importantes de
especies amenazadas del país, importantes para la concientización y
conservación de la diversidad venezolana.
Los jardínes hidrofíticos cuentan con una hermosa
muestra de nenúfares, lotos, victorias, juncos, papiros, rábanos, lirios de
pantanos, boroboro, y otras especies de plantas acuáticas. Hay 4 lugares dentro
del jardín donde se ubican estos cuerpos de agua.
El palmetum y arboretum conforman
los sectores más grandes dentro del área plana del jardín, llamando la atención
con especies como los chaguaramos que bordean la vía principal y que además
muestran orgullosos su gran diversidad de musgos y líquenes en la base de cada
uno de ellos, palmas llaneras, moriche, ficus religiosos, yagua, corozos,
cocoteros, rosa de montaña, copey, pata de vaca, caoba, ceiba, etc (Braun, 1997;
Hoyos y Braun, 2001).
Zingiberales y aráceas son
dos sectores contiguos donde se pueden apreciar el colorido de las heliconias,
rikirikis, caña de la india, conopios, caña agria, bastón del emperador, flores
del paraíso, casupos, malangas, uña de danta, café de jardín, oreja de burro,
ocumo morado, entre otras.
En el jardín etnobotánico pueden disfrutar de
especies que son útiles al hombre, como jengibre, onoto o caituco, ciruela de
fraile, árbol del pan, carambola, café, cúrcuma, tuatúa, algodón, coco de mono,
guatoso, retama, caruto, malojillo o limonaria, orégano orejón, sábila, etc.
El jardín didáctico recreacional contempla uno de
los cuerpos de agua, con lotos y nenúfares, palmas como la Palmira, árbol de la
seda, y es utilizado particularmente para realizar actividades grupales de los
visitantes. En este lugar se ha observado el fenómeno de crecimiento de hongos
denominado corro de hadas (Moreno y Hernández, 2005).
Al final del jardín, llegando a la laguna Venezuela, en la base de las
colinas está el sector del bosque tropical, el cual posee
una caminería poco visitada donde encontramos platanillos y otras heliconias,
el árbol de las velas, mijaos, totumillo, árnicas y otras plantas.
Las colinas del jardín constituyen el área más
grande del jardín botánico. Aunque es una zona que fue intervenida
completamente y luego restaurada su vegetación de forma artificial, actualmente
conforma un espacio de vegetación donde se han desarrollado exitosamente
ejemplares de jabillos, tiamo, vera, indios desnudos, cedrillo, guarupa,
matarratón, leguas de suegra, dividive, cují negro, amargoso, entre otras
especies (Berry y Steyermark, 1983; Espinoza, 2006).
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